Solo nos queda Bailar

esta tarde y acompañado de mi incombustible Pedro Marin Moreno he tenido el placer de ver la maravillosa película del director sueco de origen georgiano Levan Akin que lleva por título SOLO NOS QUEDA BAILAR, "And then we danced".
Centrada en un muy cerrado universo de una sociedad rigida e intolerante.
Una reflexion muy acertada de una sociedad llena de normas que no permite ni un milimetro de libertad, la historia utiliza como vinculo una danza extremadamente masculina, brusca y muy masculina para llegar a la homosexualidad.
Un impresionante Levan Gelbakhiani en el personaje de Merab nos lleva a un juego de miradas, la erótica de ver y desear, de ser observado y deseado.
Quisiera aclarar que desde mi punto de vista no es una película que se circunscribe únicamente al público LGTBI..

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